Un ejemplo de cómo fue afrontado el desafío planteado desde el principio de sostenibilidad conjugando los criterios de ecoeficiencia y ecocompatibilidad, es el complejo BedZED de Londres desarrollado por el estudio del arquitecto londinense Bill Dunster junto al estudio Arup. Esta intervención de construcción de alta densidad habitativa, realizada en el 2002 en el barrio de Beddigton en Londres, respondía a la demanda de nuevas viviendas, poniéndose por un lado el ambicioso objetivo de perseguir el principio de Zero Energy Development, o bien de cero emisiones contaminantes y consumos energéticos y, por el otro, recalificando una zona industrial abandonada.
La ecoeficiencia de esta intervención ha sido perseguida tanto mediante la selección de los materiales de bajo impacto, como con un atento proyecto dirigido a reducir no sólo los consumos energéticos, sino también de agua de todo el complejo de edificios en fase de uso. Para todos componentes fueron seleccionados productos de hilera corta, es decir, del lugar, respaldando a la economía local y limitando los impactos de los transportes. Además fueron empleados materiales certificados, como maderas procedentes de bosques gestionados y controlados, incluso fueron vueltos a usar, cuando fue posible, las estructuras de sustentación de acero y las vigas de madera recuperadas de una anterior intervención, evitando que se tiraran al vertedero.En relación a la eficiencia energética, en cambio, se recurrió a una serie de soluciones proyectivas, como:- el uso de invernaderos solares que permiten aprovechar las aportaciones térmicas solares gratuitas,- la distribución correcta de los espacios dentro de las unidades habitativas en función de la orientación del edificio.- el recurso a sistemas constructivos con una elevada masa térmica y una reducida transmitancia térmica, que limitan las dispersiones de calor en invierno y el sobrecalentamiento de los espacios en verano,junto a la adopción de una central térmica que quema madera en astillas de reducidas emisiones de CO2, para el suministro de agua caliente (de uso sanitario y para la calefacción), ha sido posible así reducir las necesidades energéticas de estos edificios en aproximadamente un 10% del consumo energético normal de una vivienda de las mismas dimensiones.
Además la instalación de 777 m2. de paneles fotovoltaicos para la producción de energía eléctrica, junto a la posibilidad de introducir posibles cuotas producidas en exceso en la red eléctrica nacional, ha hecho que todo el barrio sea autosuficiente en términos de energía eléctrica, si no productor mismo de energía. Pero la ecoeficiencia del BedZED ha sido afrontada no sólo en términos energéticos, sino también en términos de consumos de agua, gracias a la integración de una instalación de recogida de las aguas pluviales junto a un sistema de tratamiento de las aguas refluyentes in situ, como el living machine, que ha permitido una notable reducción de los consumos de agua. El proyecto del BedZED no se ha limitado tan sólo a los aspectos de ecoeficiencia, sino también se ha detenido con atención en los aspectos del confort interior, recurriendo a un sistema de ventilación natural de los espacios y seleccionando materiales para los acabados interiores que no emiten sustancias nocivas para los individuos. Todos los suelos, por ejemplo, han sido terminados con baldosas o linóleo fácilmente lavables.
Por último, también a nivel urbanístico, todo el proyecto de los servicios ha sido afrontado desde el punto de vista de la sostenibilidad. Junto con la administración pública ha sido, de hecho, llevado a cabo un programa de movilidad urbana, que aspira a reducir los impactos ambientales ligados a los transportes, basado en el uso de medios de transporte público ecológicos integrados con un sistema de car-sharing para los residentes. Además ha sido llevado a cabo un plan para favorecer el traslado de las actividades terciarias a esta zona y desarrollar un sistema de distribución de la comida a kilómetros cero, que además de reducir los impactos relacionados con los transportes de las mercancías o de las personas, favorece el desarrollo de un sistema económico local.
Por último, también a nivel urbanístico, todo el proyecto de los servicios ha sido afrontado desde el punto de vista de la sostenibilidad. Junto con la administración pública ha sido, de hecho, llevado a cabo un programa de movilidad urbana, que aspira a reducir los impactos ambientales ligados a los transportes, basado en el uso de medios de transporte público ecológicos integrados con un sistema de car-sharing para los residentes. Además ha sido llevado a cabo un plan para favorecer el traslado de las actividades terciarias a esta zona y desarrollar un sistema de distribución de la comida a kilómetros cero, que además de reducir los impactos relacionados con los transportes de las mercancías o de las personas, favorece el desarrollo de un sistema económico local.
En conclusión, con la atenta proyectación de edificación, urbanística y de los servicios, en el BedZED han sido resueltas de forma brillante no sólo las cuestiones ambientales, sino también las económicas, sociales y éticas implícitas en el concepto de sostenibilidad.
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