Lo que quiero extraer, comprender y escribir es tarea peligrosa, lo sé; pero en ello puede plasmarse hasta qué punto o extremo pueden llegar los individuos, las masas, los pueblos, al ser absorbidos-alienados y manipulados hasta el extremo, a tal extremo que dentro de estos regímenes se considere esta reificación como algo “natural”…normal.-
Para realizar ésta, podría decirse, “prueba de comprensión” me apoyaré en dos textos de una de las pensadoras, o mejor dicho LA pensadora, más importante de la historia de la humanidad y que tanto ahondó sobre el totalitarismo dentro de su teoría política, me refiero a Hannah Arendt.-
Cuando comencé la lectura de dos de sus obras: “Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal.” Y “Los orígenes del totalitarismo” me di cuenta que necesitaba en algunas momentos, interlocutores, que me ayuden a hilvanar conceptos, ideas.-
De todo lo interpretado y escrito por Arendt que es monumental, extenso, no quiero ni puedo aquí narrarlo todo, pero lo que si me dio el “flash” de acercamiento-asimilación fue cuando Arendt trata el tema, o mejor dicho, la teoría de la “Rueda Dentada” (Cog theory). Trataré lo mejor que pueda de explicarla y con ello al mismo momento de verter los contenidos, pido o propongo que lo que Arendt metaforiza dentro de esta teoría dentro del sistema totalitario, lo llevemos o traslademos al sistema económico-político imperante en el mundo capitalista-consumista….y se sorprenderán que similitud conceptual los une el imaginario social en que se desenvuelven.-
En la Teoría de la rueda dentada, el sistema, encarnado en la Maquinaria burócrata dominante; está constituida de funcionarios (empleados del estado totalitario) que forman los dientes, son un instrumento de la rueda que gira y que desde fuera alguien hace mover y guía el “mecanismo”. De esta forma el individuo-funcionario solo se mueve por inercia sin ninguna responsabilidad de lo que hacen y de lo que forman parte. Toda capacidad, oportunidad de reflexionar sobre lo que se hacía en la toma de conciencia y el juzgar moralmente estaban en penumbras, por un lado por el machacamiento-psíquico de la Propaganda totalitaria, y por otro lado, por el efecto de ceder sus conciencias como parte mecánica del engranaje, que llevó a tantas atrocidades, tanto mal, y que facilitó el olvido de lo cometido, generalmente no tuvieron la oportunidad de elegir, ya que sus conciencias estaban completamente vacías moralmente al ejecutar órdenes, no para transformar un mundo en lo social, sino para instaurar uno nuevo, un mundo supra-humano que arranque de raíz toda concepción política, moral y de categorías que la historia había creado hasta el momento, sin por ello tener remordimiento o pesar por lo cometido, ya que esa nueva moralidad atroz engranaba perfectamente en ese sistema …..en definitiva, la banalidad del mal en su estado puro.-
Eichmann y otros nazis tuvieron su juicio y fueron condenados por los hechos cometidos. Hoy alguien podrá juzgar aquellos que manejan y manejaron la maquinaria capitalista que tanto lodo y sangre derramó y lo sigue haciendo por diferente rincones del globo, condenando al hambre, a irse de sus tierras, a ser de por vida un desplazado, a comer las sobras, a estar sentenciados al trabajo esclavo. Todas las reuniones de tipo políticas del G-20, la Eurozona, las cumbres anti-crisis, etc, etc, que pretendían buscar soluciones, vías de escape, no fueron juicios, sino meros careos; como diría Arendt “bajo un sistema totalitario la política está extinta, muerta”, los gobiernos y sus funcionarios están tan a merced del sistema, en tal estado superfluo como autoridad de una nación, que cede a las apetencias del mercado antes que a las de su pueblo; siguiendo a Arendt: “la política solo puede ser libre, solo hay una adecuada definición de lo público en el momento en el cual la política goza de autonomía, principalmente de la economía.-”
e podrá realmente juzgarlos a aquellos responsables?
Imposible, no lo sé, difícil, tal vez. El nazismo o el estalinismo a pesar de su fin tan nefasto, tenían un fin una meta, un destino. En cambio, la maquinaria capitalista, no tiene un fin en sí, un destino; lo tiene para los accionistas privados, pero para toda la humanidad no hay fin alguno, sino más bien pesar, es una vía sin final, y las ruedas dentadas están conformadas por los nuevos funcionarios (CEO-gerentes), que son totalmente superfluos como persona, como individuo; o sea que intercambiar una persona por otra es un simple acto, porque el contenido no importa, no tiene “peso”, para el sistema, si un engranaje falla, se cambia y listo, y si necesita más lubricación el mecanismo, el flujo (los préstamos-sobre-préstamos, las hipotecas) la “liquidez”, la “pasta” celulosa del dinero, lo hará de maravillas.-
Debemos entonces no dejar pasar más tiempo y debatir, juzgar y condenar a un sistema asesino y atroz, porque si dejamos pasar y seguimos con este conformismo generalizado, los condenados seremos nosotros, y las próximas generaciones; y solo con la acción pública, con la acción política autónoma y autentica; déjenme llamarlo: Altruismo en estado puro, podemos por lo menos intentar transformar la realidad para evitar más pesares a la gran mayoría de la humanidad. Y termino para complementar este último párrafo con estas palabras de Arendt:-
…Nadie puede Ser feliz sin la Felicidad pública, nadie puede Ser libre sin la experiencia de la Libertad pública; y nadie finalmente puede Ser Feliz y Libre sin implicarse y formar parte del poder público.-
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