RAQUEL FORNER (1902-1988)
En estas dos obras lo vemos reflejado:
TELA DE JUICIO
Las manos del poder hilaron
Tela coloreada entre pigmentos y tintas,
Si se mata defendiendo la vida
Se tortura buscando purificar
Si se hacen guerras por la paz
Y se esclaviza en nombre de la libertad,
los desesperados del mundo exclaman y advierten:
!!!El lienzo ya no separa sino une, entrelaza;
De mi autoria.
MEMORIA DEL MAL, TENTACIÓN DEL BIEN
En el cual se pregunta y nos pregunta ¿Que nos ha aportado el siglo XX?
En sus últimas páginas Todorov nos deja un mensaje final resumiendo en parte, el contenido de esta fantástica obra literaria, con estas palabras:
"El humanismo moderno—un humanismo crítico—se distingue por dos características, ambas banales, sin duda, pero que obtienen su fuerza de su propia copresencia. El primero es el reconocimiento del horror del que son capaces los seres humanos. El humanismo, aquí, no consiste en absoluto en un culto al hombre, en general o en particular, en una fe en su noble naturaleza; no, el punto de partida son, aquí, los campos de Auschwitz y de Kolyma, la mayor prueba que se nos haya dado en este siglo del mal que el hombre puede hacer al hombre. La segunda característica es una afirmación de la posibilidad del bien: no del triunfo universal del bien, de la instauración del paraíso en la tierra, sino de un bien que conduce a tomar al hombre, en su identidad concreta e individual, como fin último de su acción, a quererlo y a amarlo. Se renuncia pues a sustituirlo por un ser sobrenatural, Dios, o, muy al contrario, por las fuerzas de la naturaleza subhumana, las leyes de la vida, o también los valores abstractos elegidos por los hombres, se llamen prosperidad, revolución o pureza, y, más allá, las leyes de la Historia. ¿Cómo conciliar esta ausencia de ilusiones sobre el hombre, por una parte, con el mantenimiento del hombre como objetivo de la acción, por otra? Ése es el desafío que deben aceptar los humanistas modernos, los humanistas después de Kolyma y después de Auschwitz".
NUEVO ENTE REGIONAL DE CULTURA
El ente utilizara una interesante estrategia de comunicación que se llevara adelante a través de un sitio web denominado www.enteregionalcultura.com.ar, donde se podrá ver una agenda cultural que exhibirá todos los eventos que haya en cada localidad.
Por otra parte desde esta organización se buscara alentar el intercambio de productos culturales entre las distintas localidades, y la discusión permanente de todas las temáticas que hacen al sector.
http://www.enteregionalcultura.com.ar/
SOBRE EL RECLAMO JUSTIFICADO DEL PUEBLO MAPUCHE
LAS TIERRAS ANCESTRALES: Un legítimo Derecho Irrenunciable
Las Movilizaciones son por reclamaciones de Tierras ancestrales usurpadas por el estado chileno, donde se exige restitución y que vayan de acuerdo a las necesidades y bienestar colectivo del Pueblo Mapuche. Desde la inmediata necesidad de Modificación del manual de procedimientos del fondo de tierra, para que se declaren admisibles los reclamos de tierras ancestrales y un aumento presupuestario del fondo de tierras; hasta la aplicación de la expropiación, son algunos de los planteamientos que buscan una urgente solución.
Poderes y “actores” del Estado, acostumbrados al maltrato y a la violencia, de hacerse el leso o mirar para el lado cuando se asesina, ante el llamado de la Iglesia Católica de que el tema indígena debe ser asumido por todos los chilenos, se hace indispensable entonces que terminen con el terrorismo estatal y los comportamientos de Lumpen de la denominada “clase política” y de sectores empresariales, para buscar soluciones serias, responsables y efectivas ante situaciones de emergencia y que se vienen arrastrado por tiempo.
La población Mapuche habita fundamentalmente en zonas urbanas, principalmente en la Región Metropolitana (producto de los desplazamientos forzados y la reducción y empobrecimiento). Sin embrago, un porcentaje importante se concentra aún en lo que fue su territorio histórico (Octava, Novena y Décimas regiones).
La relación Mapuche con la tierra no ha sido tradicionalmente de propiedad privada, sino de usufructo comunitario y de interrelación. La organización básica tradicional es la familia ampliada o un grupo de ellas, que a su vez se organizaban a la llegada de los españoles en identidades territoriales o butalmapus, por zonas geográficas.
Fuente original: http://www.mapuexpress.net/?act=news&id=4552
JUGAR A SER CRISTIANO
(Contestación que realice a los que envían dichos mensajes)
“La Fe ha pasado a ser un mero hecho social, y se comete la mayor de las herejías; jugar a ser cristiano”
Sorën Kierkegaard
Una más de las formas de alienación que usa la religión en la subjetividad de los hombres
La religión lleva a que las personas pierdan la propia identidad, su propio Ser, su subjetividad, su esencia. Usted no es usted, es lo que la religión quiere que sea para con él, para su “beneficio espiritual”, juega y manipula con su estado de finitud, infunde miedo, comienza a tramar una telaraña de ideas, conceptos, palabras y definiciones de las cosas, que lo atrapa a tal punto que permite casi inconscientemente que su Ser por propia supervivencia ceda al dogma religioso impuesto en una sociedad.-
La religión también es alienación porque con todas las ceremonias protocolares y paganas que impone, ya sea oraciones, súplicas, sacrificios, confesiones, procesiones, etc. toma la subjetividad de los hombres, principalmente de los niños, o sea sujeta a los sujetos a tal estado que este entrega todo de sí, y a “cambio” los representantes de las iglesias (curas, pastores, sacerdotes, etc.) le obligan una tarea muy fácil y automática, repetir unas frases, “habladurías” que en medida son “instrumentos” de poder para la iglesia, condicionantes, o sea una herramienta más de sujetar a los fieles prometiéndoles la vida eterna en el más allá, mientras que en el más acá, en lo terrenal, usted debe someterse a la voluntad, no de su propio Ser o conciencia, sino al del impuesto por las religiones que desde temprana edad y sin pedirla, sin tener la opción de elegir, el niño, es “encadenado” a la “doctrina costumbrista”, y comienza a pertenecer a un integrante más del juego del cristiano fiel, La propia familia o el entorno, que desgraciadamente paso también por dicho proceso, alimenta el germen de la bestia que comenzara a absorber y condicionar llevándolo a lo que no es, a lo que no elige por sí mismo, sino comienza su transformación en un Ser inauténtico, sus ideas, palabras, valores, conceptos, credos no serán los que él elija sino que el sistema los elije por él, perdiendo inevitablemente su yo, lo que piense, opine, hable no será propio sino ajeno a él.
Aquí comienza a plasmarse en las sociedades principalmente cristianas occidentales lo que se denomina la pérdida de la identidad propia o pérdida de la conciencia crítica, es decir somos pensados por el otro, por el sistema, la sociedad y en gran medida por la religión impuesta en nosotros; estamos en un estado de interpretado, nuestra existencia es inauténtica, perdidos en lo Uno, de allí comienza a ocurrir los grandes flagelos de nuestra sociedad actual, el Ser es arrastrado por el temor y comienza a ser una “mascota” más, hacer lo que los otros, pensar lo que los otros, reprochar lo que los otros; pelear, hacer de lado, odiar a quienes los otros designen….en definitiva comenzar a ser parte de la manada……..un Animal irracional, ya que no razona individualmente su situación.
Debo comenzar a decir, ¡NO!, esto no va más, no seré pensado por los otros yo seré quien piense y reflexione de mi situación y problemas, aunque sea tedioso y no grato de recordarlo o admitirlo seré yo mismo quien luche, me angustie y reconozca mi propia finitud, esa lucha me permitirá fortalecerme a mí mismo y la superación de lo pasado reforzara mi Ser lo hará auténtico, único, individual y en esencia DESENCADENADO a todas las ataduras que me sujetaron, esclavizaron, silenciaron y adormecieron durante tanto tiempo.-
Una cosa es creer en Dios, un Ser superior, el creador, o la denominación que se le quiera dar, pero otra es creer en lo que imponen las religiones que se dicen difusoras de la palabra de Dios, con el establecimiento de un dogma para con sus fieles,….palabra de Dios…. ¿Qué palabra? paradójicamente lo están matando, están Matando a Dios, los mismos hombres que lo crearon lo están matando, lo transformaron, lo mutaron, ya casi lo extinguieron; su palabra ya no es suya es de las religiones; en definitiva de los hombre, de las bestias, de los animales racionales, llevando la palabra de Dios del mensaje divino, el Dios omnisciente y omnipresente a transformar en algo nuevo, algo más cercano algo que se puede ver, tocar, besar, ofrendar, algo material mutado y transfigurado; ya no se habla ni se pide por Dios, sino entraron en protagonismo los santos y virgen/es paganas/os…..pero llegara un día en que el verdadero Dios, el yo, tu ….. Si usted, el hombre, el único Dios, usted mismo, se revelara con lo que le hicieron con su vida, llevándolo a ser una herramienta, una materia sin conciencia, atado en las CADENAS de oración, a de la dogmática enceguecedora, de la creadora del miedo, del infierno, de lo malo, del pecado….. Despertará en algún momento y con indignación y rabia tomará las riendas de la bestia del poder cristiano, que tanto le quitó, la domará y hará resurgir al Dios total, pleno e inalienable…..su conciencia, su subjetividad….su vida, en ese momento dejará de pertenecer al sometimiento, a la manada, y será usted mismo, un espíritu libre.
La única verdad está en ti mismo, nada ni nadie te la otorgará por gracia divina; comienza tu mismo a buscarla dentro de tu Ser y verás que esa será la mayor revelación de tu vida.
Cuando tienes hambre, frío, estás enfermo o te angustias. Quien está a tu lado, de da comida, te cubre con una manta o cura tus heridas, es el hombre, se discuta, se dé vueltas y le busquen el lado más negativo, tu madre, padre, tus hermanos, el médico, el amigo, el vecino, hasta el cura…son hombre de carne y hueso, finitos; no dioses inmortales y poderosos. Desgraciadamente muchos no reciben el apoyo, son los olvidados, y en ese olvido estos no claman a Dios, sino a los hombres que no los escuchan o tienen en consideración.
Positiva o negativamente, los hombre, la comunidad, la sociedad, la humanidad, como se quiera llamar…es la única CADENA A QUE AFERRARCE, reforzarla y hacerla más igualitaria esta en cada uno de nosotros.
LA MASACRE DEL DESIERTO
Cuenta el diario El Nacional, del 31 de diciembre de 1878:
“Los miércoles y los viernes se efectuará la entrega de indios y chinas
a las familias de esta ciudad, por medio de la Sociedad de
Beneficencia".
La desesperación y el llanto no cesan. Se les quita a las madres sus
hijos para en su presencia regalarlos, a pesar de los gritos, los
alaridos y las súplicas que hincadas y con los brazos al cielo dirigen
las mujeres indias. En aquel marco humano unos se tapan la cara,
otros miran resignadamente al suelo, la madre aprieta contra su seno
al hijo de sus entrañas, el padre se cruza por delante para defender a
su familia”.
La jerarquía católica expresó oficialmente su beneplácito por la
conquista, a través de monseñor Fagnano:
“Dios en su infinita misericordia ha proporcionado a estos indios un
medio eficacísimo para redimirse de la barbarie y salvar sus almas: el
trabajo; y sobre todo la religión, que los saca del embrutecimiento en
que se encontraban.”
Hace aproximadamente 30 mil años, tribus provenientes de Asia y
Oceanía comenzaron a ocupar el territorio americano, desde el
estrecho de Bering hasta Tierra del Fuego.
El tiempo y la geografía configuraron diversos pueblos con diferentes
culturas y modos de vida. Los tehuelches, los pampas, los wichís y
los araucanos subsistieron gracias a la caza, la pesca y la recolección
de frutos. Otros, como los incas, llegaron a construir ciudades
imponentes y lograron afianzar un extenso imperio que abarcaba los
actuales territorios de Perú, Bolivia, y el norte de la Argentina y
Chile.
Se calcula que la población total, hasta la llegada de los españoles en
el siglo xv, era de dos millones de habitantes originarios.
Al poco tiempo de asumir la gobernación de Buenos Aires, Martín
Rodríguez delegó prácticamente el gobierno en su ministro
Bernardino Rivadavia y se lanzó a una “campaña al desierto”.
Decía Martín Rodríguez: “La experiencia de todo lo hecho nos enseña
el modo de manejarse con estos hombres; ella nos guía al
convencimiento de que la guerra con ellos debe llevarse al
exterminio. En la guerra se presenta el único remedio bajo el
principio de desechar toda la idea de urbanidad y considerarlos como
enemigos que es preciso destruir y exterminar”.
Para controlar las fronteras y garantizar la tranquilidad de estos
propietarios, Rivadavia contrató al mercenario prusiano Federico
Rauch, que recibió el grado de coronel del Ejército nacional.
Su estrategia consistía en atacar por sorpresa y asesinar
indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños. Pero pronto le
llegaría su turno al “espanto del desierto”. el 28 de marzo de 1829,
en el combate de Las Vizcacheras, Rauch fue derrotado y degollado
por el ranquel Arbolito.
Los 30.000 kilómetros cuadrados de pampas que poseía Buenos Aires
se habían transformado –por el avance del ejército, y a la fecha de la
muerte de Rauch- en más de 100.000.
En 1874, asumió la presidencia Nicolás Avellaneda y poco tiempo
después promovió la Ley de Inmigración y Colonización.
La ley fomentaba la inmigración mediante oficinas de propaganda en
las principales ciudades europeas, donde se entregaba folletería
informativa que prometía pasaje gratis, tierra en propiedad y trabajo.
Pero al llegar la oleada inmigratoria, la mayoría de las tierras estaban
repartidas entre los grandes terratenientes.
La nacionalización del territorio resultaba imprescindible.
El gobierno le encargó al ministro de Guerra, Adolfo Alsina, un plan
para terminar definitivamente con el “problema del indio y del
desierto” y correr nuevamente la línea de frontera. Este
emprendimiento intentó alcanzar el río Negro y lograr la paz con las
comunidades indígenas.
La política desarrollada por Alsina le había permitido al Estado ganar
unos 56.000 kilómetros cuadrados, extender la red telegráfica, la
fundación de cinco pueblos y la apertura de caminos.
Alsina muere y en su reemplazo es designado Julio Argentino Roca.
“Sellaremos con sangre y fundiremos con el sable, de una vez y para
siempre, esta nacionalidad argentina que tiene que formarse, como
las pirámides de Egipto y el poder de los imperios, a costa de sangre
y el sudor de muchas generaciones.” (Julio Argentino Roca
En 1878, el Congreso Nacional sancionó una ley por la que se
destinaban un millón 600 mil pesos para el traslado de la frontera a
los ríos Negro y Neuquén. La suma millonaria se obtendría a través
del “producido de las tierras públicas nacionales que se
conquistaran”.
Casi 400 personas se quedaron con más de 8 millones de hectáreas
de las mejores tierras del mundo.
El saldo de la campaña fue de miles de indios muertos, 14 mil
reducidos a la servidumbre, y la ocupación de 15 mil leguas
cuadradas que se destinarían, teóricamente, a la agricultura y la
ganadería.
Las enfermedades contraídas por el contacto con los blancos, la
pobreza y el hambre aceleraron la mortandad de los indígenas
patagónicos sobrevivientes.
Los vencidos debieron caminar encadenados 1400 kilómetros, hacia
los puertos de Bahía Blanca y Carmen de Patagones. De allí partieron,
en una larga y penosa travesía, hacia el puerto de Buenos Aires,
desde donde fueron trasladados a la isla Martín García.
Hoy, muchos descendientes de los pueblos originarios de esas tierras
viven ignorados y marginados como en aquellos días de la conquista,
cuando fueron brutalmente masacrados o condenados a sobrevivir
aislados en pequeñas comunidades, luchando porque concluya el
tiempo de dominación sistemática ejercida por el hombre blanco.
LA HORA DEL DECRECIMIENTO
La sociedad hiperactiva. Entre los años 2000 y 2004, según el New York Times, el porcentaje de niños norteamericanos que toman fármacos para paliar el trastorno de déficit de atención e hiperactividad creció del 2,8 al 4,4%. También aquí, según el Departament d’Educació, es el trastorno infantil con mayor incidencia. No hay noticia de la hiperactividad en toda la literatura clásica (como no sea en el mito de Hércules, que proeza tras proeza avanza hacia la locura y la autodestrucción). Es una enfermedad contemporánea. Y refleja muy bien la sociedad contemporánea: una sociedad hiperacelerada, insaciablemente ávida de noticias y novedades, y sometida a tal avalancha de información, anuncios, estímulos y distracciones que la capacidad de atención se aturde y se encoge. Cuantos más reclamos por minuto, menos capacidad de concentración. Las noticias muestran un drama en Bagdad o en una patera, y antes de que uno tenga tiempo de asimilar la magnitud de la tragedia se pasa a la actualidad deportiva o a una falsa promesa publicitaria. ¿Sorprende que los niños, creciendo en el seno de una sociedad hiperactiva y con déficit de atención, reproduzcan las tendencias que ven a su alrededor? La economía contemporánea vive de crecer. Pero nada crece siempre. Las personas, por ejemplo, crecemos en la infancia y en la adolescencia. Después ya no crecemos, pero tenemos la oportunidad de madurar. La hiperactividad y el crecimiento tienen mucho de adolescente. Parece que a nuestra sociedad le ha llegado la hora de dejar atrás el crecimiento adolescente y empezar a madurar.
Pacificar la economía. El mundo se ha convertido en un gran taller, que produce para que podamos consumir a fin de que podamos seguir produciendo. Pero el nivel de consumo “normal” en un país como el nuestro es ya insostenible. Si toda la humanidad viviera como los catalanes, necesitaría los recursos de tres Tierras; si viviera como los norteamericanos, necesitaría seis. La factura por este desequilibrio la pagan la naturaleza y el Tercer Mundo, y si nada cambia la pagarán, multiplicada, nuestros nietos. Como Karl Polanyi explicó en La gran transformación, es cosa inaudita que toda una cultura esté sometida al imperio de lo económico, en vez de ser la economía, como lo fue en todos los lugares y épocas hasta no hace mucho, un área ceñida a consideraciones éticas, sociales y culturales. Por arte de magia, hemos insertado la sociedad en la economía en vez de la economía en la sociedad. Aunque se cree por encima de todas las cosas, la economía global es solo una filial de la biosfera, sin la cual no tendría ni aire ni agua ni vida. Una economía sana estaría reinsertada en la sociedad y en el medio ambiente, y cada actividad económica (incluido el transporte) tendría que responsabilizarse de sus costes sociales y ecológicos. En semejante sociedad, sensata pero de momento utópica, los alimentos biológicos y locales serían más baratos que los de la agricultura industrial, que hoy contamina y se lava las manos. El economista rumano Nicholas Georgescu-Roegen, inspirador del decrecimiento junto a pensadores como Ivan Illich y el recientemente fallecido Baudrillard, se dió ya cuenta de que “cada vez que tocamos el capital natural estamos hipotecando las posibilidades de supervivencia de nuestros descendientes”. Una economía en paz con el mundo seguiría el principio de responsabilidad de Hans Jonas: “Actúa de manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida genuinamente humana sobre la tierra”. Los pueblos indígenas que se guiaban por el criterio de la séptima generación (ten en cuenta las repercusiones de tus actos en la séptima generación, es decir, en los tataranietos de tus bisnietos) sabían de sostenibilidad más que nosotros. El decrecimiento, movimiento que en los últimos años está tomando fuerza en Francia (décroissance) e Italia (decrescita), más que un programa o un concepto es un eslogan para llamar la atención sobre cómo la economía hiperacelerada está arruinando el mundo, un timbrazo para despertarnos de la lógica fáustica del crecimiento por el crecimiento. El economista Serge Latouche, decano de la décroissance, señala sin embargo que “el decrecimiento por el decrecimiento sería absurdo”, y que sería más preciso (aunque menos elocuente) decir acrecimiento, tal como decimos ateo. Se trata de prescindir del crecimiento como quien prescinde de una religión que dejó de tener sentido. En el medio está el remedio. En el portal de la casa de un vecino rezan estos versos:
"Verge Santa del Roser,feu que en aquesta casano hi hagi poc ni massa,sols lo just per viure bé."
Es parte de la sabiduría tradicional de muchas culturas constatar que la plenitud va ligada no al cuanto más mejor sino a al justo medio. Ya el oráculo de Delfos advertía: “de nada demasiado”. El confucianismo enseña que “tanto el exceso como la carencia son nocivos”, y en el clásico libro taoísta de Lao Zi se lee que sólo “quien sabe contentarse es rico”. La misma idea está presente en las palabras de un jefe indígena norteamericano (micmac) dirigidas a los colonos blancos: “aunque os parecemos miserables, nos consideramos más felices que vosotros, pues estamos satisfechos con lo que tenemos”. Y no falta en la tradición judeocristiana: “no me des pobreza ni riqueza” (Proverbios); “es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos” (Mateo). Incluso uno de los padres de la american way of life, Benjamin Franklin, escribió “El dinero nunca hizo feliz a nadie, ni lo hará… Cuanto más tienes, más quieres. En vez de llenar un vacío, lo crea”. El consumo pretende ser una vía hacia la felicidad, pero es como una droga que requiere cada vez dosis mayores. Hace poco salió a la luz un Happy Planet Index que sitúa a Vanuatu, archipiélago tropical, económicamente “pobre”, como el país más feliz. Le siguen diversos países caribeños. España ocupa el lugar 87. Y Estados Unidos el 150, ya cerca de Burundi, Swazilandia y Zimbabue, que cierran la lista. La crisis ecológica es la expresión biosférica de una gran crisis cultural, una crisis derivada del modo en que percibimos nuestro lugar en el mundo. Buscamos el sentido de la vida en la acumulación, mientras el mar se vacía de peces y la tierra de fauna y flora silvestres. Liberarnos de la idolatría del consumo y del crecimiento por el crecimiento requiere transformar el imaginario personal y colectivo, transformar nuestra manera de entender el mundo y de entendernos a nosotros mismos. Un criterio para ello es abandonar la sed de riqueza material en favor de otras formas de plenitud. No se trata de ascetismo. Al fin y al cabo, la revista Décroissance lleva como subtítulo Le journal de la joie de vivre. No implica disminuir el nivel de vida sino concebirlo de otra manera. Se trata, en la línea de iniciativas que van desde el slow food de Carlo Petrini a la simplicidad radical de Jim Merkel, de fomentar la alegría de vivir y convivir, de desarrollarnos en el sentido de dejar de arrollarnos unos a otros, de crecer en tiempo libre y creatividad, crecer como ciudadanos responsables de un mundo bello y frágil.
ANGUSTIA Y LIBERTAD
Disponiendo de una total libertad e independencia de acción, sin ataduras ni obligaciones; elije permanecer en su humilde condición y no perderse en lo Uno, la criminalidad, el robo y la delincuencia; tomando la decisión de las decisiones, asumiendo el estado de angustia como parte de su yo más profundo, autentico, ideal, libre y principalmente humano, pidiendo la ayuda de otro Ser, y no re-matando su conciencia al mejor postor.