En el título de este artículo algunos dirán que se encuentran con una paradoja en la oración. Por un lado, la referencia a lo que habitualmente conocemos como: Ascendiendo, lo podríamos relacionar a algo o alguien que se eleva, sube, aumenta o se incremente al paso de tiempo; y por el otro lado lo Frugal, refiere más a algo poco abundante, sencillo, moderado, inclinándose hacia una disminución, merma o conformidad hacia un deseo o necesidad de algo o alguien. Entonces se preguntarán ¿Cómo puedo ascender con algo que baja o disminuye?
Buscaré en lo siguiente aunar conceptos, acciones y ejemplos (propios y ajenos) buscando darle un sentido a lo “sin-sentido” para lograr definir no solo una filosofía que sea para con-mi-vida, sino también y al mismo momento que la llevo a la práctica para conmigo, sea directa o indirectamente recibida-aceptada para con-los-otros, de aquí y del Mundo.
Trataré simplificar a lo que quiero llegar llevando la teoría a la práctica a través de un conocido relato (con algunos cambios) en el encuentro de dos viejos amigos:
“Un buen día en un pequeño puerto pesquero, y a unos tantos kilómetros de un gran centro turístico veraniego, Alfredo, un turista, en una de tantas excursiones camina apaciblemente sobre la playa de ese inhóspito paraje frente al mar mirando sus marcas en la arena; cuando de repente, subiendo la mirada se le cruza por delante una barcaza que encallaba su proa en la blanca arena, sobresaltando Alfredo exclamó con total espontaneidad un: EEEEPAAAAAA!!! Del cual el navegante de la barcaza sin advertir lo que pasaba al oírlo, rápidamente se dirigió a este pidiendo: - Perdón Señor………¿¿¡¡Javier!!?? Gritó, Alfredo sorprendido…….¿Cómo conoce mi nombre?, quién es usted? Preguntó sorprendido aquel pescador.
Alfredo: -Soy yo, Alfredo de la secundaria, no me recuerdas, que jugábamos al futbol juntos en el club de nuestro pueblo.
Javier:…….ohhhhh.....¡¡¡¡¡siiiiiii!!!!!.....ahora que te miro mejor….¿qué haces por acá? Tanto tiempo, cómo andas, todo bien?
Alfredo: No, yo me pregunto, ¿qué haces vos por aquí, y qué estás haciendo en ese bote?
Javier: -Es una larga historia…te acuerdas que luego de terminar la secundaria me fui a estudiar como tanto quería mi padre, Administración de Empresas y comercialización, bueno, luego de terminar mis estudios ingresé a una Corporación importante en la cual estuve unos tres o cuatro años, pero me di cuenta o no sé, sentía en esos días que me estaba perdiendo, no le encontraba un sentido “propio” a mi vida. Así que de una, renuncié, vendí lo que tenía y me vine aquí y salir de ese ahogo que me estaba ajando de mí….Ser.
Alfredo: -Ah, te hiciste Hippy, tipo New Age….o algo por el estilo?
Javier: NO, no necesitaba carátula alguna, ni Hippy, ni new age, me replantee lo que quería realmente, y me hice una crítica para conmigo, de los alcances y límites de mis necesidades materiales y de “espíritu”. Comencé de cero, conocí aquí a mi pareja, tuvimos 2 hijos y aquí estoy, y que a pesar de las equivocaciones comenzaré a decidir por mí mismo, sin dejarme llevar por las habladurías del grupo, la manada y la avidez de novedades del mercado.
Alfredo: Entiendo, lo que hiciste fue independizarte, pusiste tu propia empresa. ¿En qué rubro estás?¿Cuántos empleados tenés? ¿Estás ganando mucha guita?
Javier: No, pará, déjame hablar…nada de empresa, empleados, producción. Parte de mi trabajo diario lo vengo de realizar del mar.
Alfredo: ¿Pero qué? ¿Me vas a decir que sos pescador?
Javier: Si, mira aquí en los cestos…el almuerzo y la cena para hoy.
Alfredo: Discúlpame, yo creía que estabas pescando por Hobby o distracción.
Javier: En parte si, cuando voy al mar, y tiro la red, debo esperar una horas, y casi siempre me pongo a leer un libro para pasar el tiempo, tomando unos mates, escuchando una música lenta y varias veces acompañado de mis hijos.
Alfredo: ¿Y así es tu jornada de trabajo, tu día hasta la noche?
Javier: No, no estoy más de tres o cuatro horas en el mar, luego vuelvo a la costa, como ahora me encuentras, dejo algunos de los pescados y mariscos en el mercado, a mis amigos, y voy a casa, que no está muy lejos de la costa, a Almorzar con mi familia..
Alfredo: ¿y después que haces?
Javier: No quiero aburrirte.
Alfredo: NO, cuéntame, cómo es tu día. ¿Después volvés al mar hasta la noche, no?
Javier: No, no, para nada. No son todos iguales mis días, pero habitualmente después acompaño a los chicos a la escuela, vuelvo a casa y con mi mujer nos dormimos una siesta o leo un libro, y si estoy inspirado pinto algo. Cuando los chicos vienen del colegio y se ponen a hacer las tareas o salen a jugar, ayudo a mi mujer con la quinta, a veces riego, cosecho algo, pero en general ella le aporta más tiempo y dedicación…viste como son las mujeres. Luego tiro la basura orgánica en la compostera, reviso los paneles solares del techo o mido el nivel de reserva de agua del pozo y…
Alfredo: ¿Tienes una finca de producción hortícola automatizada?
Javier: No. Donde vivimos tenemos un amplio terreno, lo compramos más barato porque está lejos del “centro”, jaja, y allí tenemos hortalizas, plantas frutales, especias…y hasta algunas gallinas y unas vacas, lo básico para el Flan, jaja. Ese podría decirse que es otro trabajo que realizo en el día junto a mi familia.
Alfredo: ¿Estás 3 o 4 horas trabajando?
Javier: No, no sé, no tengo reloj, cuando el sol está bajando, casi siempre paramos y nos vamos todos a dar un vuelta en bici por el campo o la playa. Después de un rato cuando el Faro del cabo prende, volvemos todos a casa para hacer la comida junto mi mujer. En general todo lo que consumimos sale del mar o la granja, solo compramos en el almacén harina, aceite, los productos de limpieza y unas cositas más. Que lo pagamos de los que vendemos en el mercado local entre los pescados y las hortalizas a diario siempre quedándonos un resto para los servicios esenciales de salud, educación de nuestros hijos y nuestros. Yo además vendo algo de mis obras en la Feria de Artesanos del pueblo que algo más nos aporta.
Alfredo: ¿Y a la noche se van a dormir temprano para mañana levantarse temprano?
Javier: No, en general después de cenar hacemos algo juntos en la casa, o cada uno se distrae con lo que le gusta. Y más tarde yo me voy con mis amigos al bar de la playa a tomar algo, “guitarrear” o hablar de todo un poco, junto al mar. Después de un rato mi mujer me pasa a buscar, caminamos en la playa disfrutando la briza del mar y vamos a casa ya siendo otro día, no sé 12.30, 1.00 de la madrugada. Y al día siguiente me levanto a las 8, 8.30, tomo mi bici y..
Alfredo: ¿No tienes auto?
Javier: Lo tenía, hace tiempo, pero lo vendí porque no lo necesitaba, no era un elemento indispensable en mi vida y además, entre seguro, arreglos, neumáticos y combustible, gastaba dinero para…nada. Como te decía tomo la bici y vengo hasta la costa, donde tengo amarrado mi bote y comienzo allí de nuevo mi día “de trabajo”.
Alfredo: Te he escuchado con atención Javier, y te soy sincero, antes que me lo pregunte; mi vida en general o más bien mi día, es totalmente lo contrario al tuyo. Yo estoy en la oficina de sol a sol, lo mismo mi mujer, estoy muy poco en casa, menos con mi mujer y mis hijos, la comida que consumimos es toda comprada, tenemos tres vehículos, 2 pisos en plena capital, con hipoteca, pero “lo tenemos”, vestimos la mejor ropa, mi mujer tiene muchas joyas y además somos socios del mejor club de “la city”. Sabemos sin ánimo de ofenderte te digo….sos vaguito che…
Javier: ¿Por qué?
Alfredo: Y porque con lo que me contaste en resumidas cuentas trabajas solo 4 horas o menos en el día y después estás, no sé cómo decirlo….
Javier: ¿Puede ser disfrutando de mi familia, del ocio y de mis amigos?
Alfredo: Y algo así, pero con todo ese tiempo que tenés y las capacidades que recuerdo que tenías para resolver problemas, tu inteligencia, creatividad. Destinarlas a crear una empresa, no sé, de pesca, más barcos, más trabajo, producción y con ello mucho más dinero.
Javier: ¿Y para qué?
Alfredo: Y de esta forma tendrás un flota de barcos, por tus activos, conseguirás un buen crédito y tendrás un buque de altamar para aumentar tu producción.
Javier: ¿Y para qué?
Alfredo: ¿¿¡¡¡ME VAS A SEGUIR PREGUNTANDO PARA QUÉ!!!?? NO ENTENDÉS QUE ASÍ TENDRÁS MUCHISÍMO DINERO Y PASANDO UNOS AÑOS, CUANDO TE JUVILES, PODRÁS POR EJEMPLO JUGAR CON TUS NIETOS, CAMINAR EN LA PLAYA, HACER LA QUINTA, IR A TOMAR ALGO CON TUS AMIGOS, TENDRÁS MÁS TIEMPO LIBRE, CON TU MUJER Y ADEMÁS……¡UYHHH!…..
Javier: Alfredo me tengo que ir, un gusto de verte, y realmente te agradezco esta charla, me ha dado más ganas de ser lo que soy y hacer lo poco que “para ti” hago…realmente….gracias…y saludos a tu familia.
-Aclaro que lo expuesto es creación ficticia de un hecho, todo parecido a lo real es mera y pura coincidencia.
Pero del relato aún en la ficción, el magma, la idea que lo constituye puede darse o hacerse en cualquiera de nosotros, en mayor o menor grado, no por ello tenemos que vivir en una playa o cerca de un lugar turístico. Solo la propia decisión para con la situación (de lugar), las posibilidades y el “riesgo” a tomarlas, estarán dadas en el grado de libertad, de autonomía y de Voluntad que cada uno posee o ha conquistado.
Porque volviendo al título de este artículo; en “Ascenso”, no estoy inmóvil, quieto; sino que estoy en movimiento, cambiando de “posición-pensamiento”, en resumen: fluyendo en el tiempo, creando algo nuevo, algo auténtico-autónomo; se va “haciendo” con el paso del tiempo (Praxis liberadora). Que solo ese ascenso, hablando en un sentido humanitario, cuasi-inmaterial, de “espíritu” (fuera de lo divino) y conciencia, va cortando o alivianando la carga del sobre-consumo/materialidad, el etiquetamiento de status, y las habladurías contaminantes.
Esa liviandad de Ser, hace ver todo de otra manera, ya no me rijo por las leyes del mercado, de la calle, de la moda y del entorno condicionante; yo mismo me las voy dando de acuerdo a mi entorno y a la interacción armónica con los demás, aprendiendo de esa praxis interrelacionarte la moralidad que exteriorizo hacia mis posibles.
Porque si uno no toma conciencia crítica y reflexiva de su situación y se rige por la pura y radical exterioridad que me viene de afuera, lo que “se dice”; uno no solo será para siempre “administrado” por esas leyes-exógenas, sino que termina siendo a lo larga de su vida… esclavo de estas.
Por último, quiero retomar el concepto del “otro”, y relacionarla con la frugalidad, para darnos cuenta que con nuestros cambios no solo afectamos nuestra vida, sino también en forma directa o no a los que nos rodean y más aún. Estamos en un mundo de recursos finitos y pretendemos con nuestro sobre-consumo y explotación depredadora crear a cada paso deseos y necesidades creyendo que la infinitud de lo que nos queda. Con acciones como, consumir menos, por ejemplo, combustible, carne, electricidad, estamos disminuyendo las emisiones de CO2, cuando producimos nuestros propios alimentos, estamos dándole a nuestra familia productos que sabemos de su origen, su calidad y como se produjo además de aportar productos sanos y nutritivos. Si trabajamos menos horas o en forma particular, le cedemos horas o un trabajo a otra persona que lo están necesitando más que uno.
Y lo más importante, si nos “desprendemos” de la sobrecarga de consumo y la materialidad-de-status excesiva, subvirtiendo esos valore$$$$ que nos impusieron por décadas sistemas económicos hoy moribundos, lograremos despegarnos las marcas y etiquetas de nuestro cuerpo, revelando quien verdaderamente somos como personas, para darle un nuevo rumbo a la riqueza humana inalienable (no material), que cada uno tiene.