Luego de mucho tiempo de moverse de un lugar a otro a través de bosques, tundras montañas y llanuras en busca de manadas de animales o recogiendo alimentos en la naturaleza para sobrevivir, el grupo “del norte” en uno de esos viajes se encontraron con otro conjunto de personas que venidos del este, de lo desértico y de la inhabitabilidad, como estos relataban, comenzaron a entrelazar relaciones de todo tipo.
Con el Intercambio de pieles, libido y alimento; recibieron además, de trueque, una tinaja lleva de “piedras vegetales” de las cuales, por indicación de los visitantes “del este”, aumentara considerablemente su contenido con el tiempo y las ¿cosechas?, y les permitirá no solo obtener alimento en abundancia, sino que los llevara a cambiar radicalmente su nomadismo y se asentaran definitivamente en un lugar o región propicio para llevar a cabo la nueva actividad con el trabajo de la tierra para obtener el preciado alimento.
Este nuevo hecho no solo significo un giro total en lo alimenticio de la nueva “tribu” del norte, si un giro y reorganización total de la nueva sociedad, su organización, administración, el valor y la medición del tiempo, de los cambios climáticos y de la tierra (propiedad); y como último punto no menos importante, la “creación” por necesidad organizativa; de la institución.
Esta tribu con altos y bajos, conflictos internos y externos, fue creciendo, fue consolidándose y se fue transfigurándose en el tiempo, en la “historia”, pasando a pueblo y más tarde a civilización. Aquellas viejas, tiendas de ramas y cueros, se convirtieron en edificaciones de madera y piedra, los senderos en caminos y los mitos en cuasi-logos, todo bajo la racionalidad y la lógica buscando explicar el mundo en donde vivían, comprenderlo…..para transformarlo.
Pero cuando la historia y la naturaleza, mostraba y hacía sentir toda su fuerza, su crudeza, su éxtasis, su discontinuidad, reflejando lo i-lógica que pueden ser, los habitantes buscaban por los medios disponibles hacer uso de lo simbólico dentro y fuera de las nuevas instituciones..…y de la reflexión, en pos de lograr un determinismo, una “armonía racional” con la sociedad; que lo llevara indefectiblemente a salir muchas veces de “esa” lógica impuesta y recurriendo en mayor medida al imaginario social.
Pero ese imaginario social o ese “invento” de la mente humana, no es nada sino utiliza lo simbólico para hacerse “ver” y “sentir” constituyéndose gracias al lenguaje, las formas, los Tótems (de humanos, animales, plantas o toda fuerza natural), las figuras, los colores…algo.
En la nueva economía, el alimento del pueblo se centraba en la agricultura, pero no se simplificaba su actividad en: arar la tierra, introducir la semilla, esperar un tiempo y cosechar el alimento, No, la dependencia y la importancia de factores climáticos, de suelo y de tiempo (estaciones) eran materias de constante análisis y estudio por las mentes fecundas y “superiores” que a través de los años constataban los fenómenos, estableciendo fechas, momentos, lugares los cuales eran propicios para realizar o no, la siembra, el cuidado y la cosecha de los alimentos que permitían la subsistencia de la comunidad.
Pero algo faltaba, no se comprendía, no explicaba el por qué por ejemplo: de una estación de lluvia, ¿Por qué llueve mas cuando hace calor que en la temporada fría, porque en un suelo o región se desarrolla la planta y en otra no, porque la necesidad de calor, sol, y no oscuridad o luna para que la planta crezca, etc, etc. Fueron todas preguntas que las civilizaciones se hacían y que no podían encontrar explicación, podría decirse racional, para su época, de que o quienes otorgaban y ayudaban, a dar y mantener…la vida….o muerte.
Y de las mismas intrigas e inexplicables factores que afectaban a las plantas, a los vegetales, al trigo, el arroz, la cebada, eran las mismas que se hacia el hombre, pero esta vez para consigo; todo hecho o fenómeno en lo corpóreo del hombre-mujer y para “con” el hombre-mujer: el nacimiento (parto) la alimentación, el desarrollo (pubertad), la reproducción (sexo, líbido), las relaciones para con el otro (celos, amor, odio, amistad, el miedo, etc), el medio que los rodeaba, vegetación, animales, el clima, etc.
Pero hay por sobre todas estas preguntas, intrigas u hechos inexplicables, uno que, a pesar de todas las medios para apartarlo, alejarlo o imposibilitarlo, se hace presente en todas las posibilidades y momentos en la “vida” de cada uno de los individuos de la comunidad; y es…la muerte, la posibilidad que está presente en todos los posibles, que en cualquier momento o circunstancia uno puede morir, quiera o no. Y cuando se hace presente en el pensamiento la muerte, se hace presente con ella, la Nada, y esa nada hace temer por lo que desconozco, o los suprime de toda nueva posibilidad a realizar, y en este estado de desesperación pide “a gritos” que hay en esa nada? y que se puede hacer para sobre-llevar la vida con la muerte o mejor aún…negarla.
Entonces hacen su aparición en la historia, en el relato, en la vida de cada uno de los integrantes del pueblo; las Deidades y el misticismo; que no vienen solas, con ellas traen creencias, ritos, espíritus y tabúes, lo que dará el sentido y la organización a las vidas de los nuevos creyentes. Toda la fuerza mental, “del ser humano” se pone a trabajar al máximo y construye dentro de la red simbólica las nuevas instituciones, nutridas en su cuerpo de componentes funcionales-terrenales-racionales; pero dotado por otro lado y con mayor peso, de la inventiva crea-cional que germina solo del imaginario. Darán la explicación a lo inexplicable o sea determinarlo todo, en un mundo inevitablemente indeterminado.
De este modo queden dictadas y reglamentadas, las nuevas Leyes, grabadas en la roca a fuerza del “hierro”, para no ser borradas con el paso del tiempo, las tormentas y los huracanes; asentando, en la TIERRA de esta forma la piedra fundacional de los santuarios, templos, “el culto” que controlarán y regirán la vida de la sociedad, subordinándose y sometiéndose ésta, y a todo los designios “del más allá” para ejercerse en el “el más acá”.
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