UN SANO PENSAMIENTO PARA UN SANADOR JUICIO



Se dice que el pensar, el pensamiento (nous) es traer al presente, al ahora en mi mente lo que está ausente. Es una actividad que fluye en óptimas condiciones en detenimiento, la quietud y soledad. La “búsqueda” de las herramientas de la pensadería debe tender hacia el pasado, hacia la MEMORIA. Ese pensamiento aunque se diferencia de la capacidad de juicio, tiene una lazo dialéctico; esto es que hay una relación entre pensamiento y juicio, solo que uno “actúa” dentro de mi conciencia, de mi yo, y el otro, el juicio al determinarse internamente y sacar una conclusión, tiende, sale hacia la exterioridad, hacia los demás, a lo público.-

Por ello y yendo a la inversa, me digo que si realizo un juicio en el plano moral, de lo que está bien, lo que está mal, que es justo, que injusto, viene determinado (bien o mal) de lo que pienso, y lo que pienso es lo que traigo de mi pasado, de la memoria que determina a decidir un “camino” u otro, y la experiencia de estos juicios llevados o arrojados al plano público y devueltos en cómo estos fueron recibidos o actuaron, me enseñaran (auto-paideia) para con futuros juicios morales a re-pensar o a re-planteármelos, y esa paideia que me hago no solo debe limitarse al conocimiento, porque conocer no es lo mismo que pensar que es la base de la educación. Se puede tener una gran erudición y SABER muchas cosas pero se puede ser a la vez un genocida, asesino o una persona completamente alienada) en boca de Arent:-
“Si la capacidad de distinguir lo bueno de lo malo tuviese algo que ver con la capacidad para pensar, entonces deberíamos poder EXIGIR su ejercicio a cualquier persona en su sano juicio, con independencia del grado de erudición o e ignorancia, inteligencia o estupidez que pudiera tener”.-

Como yo ejercito mi capacidad reflexiva hilvanando y conjeturando en el imaginario supuestos mundos, supuestas pro-eyecciones que la memoria me pone, me trae y con las cuales puedo “trabajar” intelectualmente, y otra parte de esa paideia es aquella que administra, controla, (no suprime) las pasiones, los sentimientos-pulsiones. Esta filia (amistad-familiaridad) que tenemos con una persona, un grupo, una ideología, un dogma, plasmados socialmente en la familia, la comunidad, una religión, una nación, un partido político, una raza, etc. son condicionantes por supuesto del pensar y del juzgar; pero el condicionante primero es la filia del autos, la auto filia, el amor que uno se tiene a sí mismo; porque amamos a muchas cosas, pero la mayor amistad o la mas enraizada, carnal, es la amistad que uno se tiene a sí mismo, o sea el ego ( no en sentido despectivo, sino existencial); por eso remarco el tema de la no supresión de la pasión sino de su “control”, porque las pasiones sabemos que en algunos casos nos llevan o han llevado a resultados beneficiosos para uno y aquellos que nos rodean; lo que quiero decir es que cuando éstas “salen a la calle” a lo público y van, podríamos decir en contra o contra la ley, la comunidad, un grupo humano, hasta la naturaleza, con el fin de saciar esa auto filia exacerbada, como se preguntaría un viejo pensador: ¿Nos amamos más de lo que conviene?. Es la pretendida felicidad que muchos librillos de autoayuda y demás hablan-escriben y pregonan a los cuatro vientos, promocionando la ceguera, la mirada hacia el otro, no VIENDO más allá de sus narices…. con todo lo que ello implica. _pueden ver: FELICIDAD A COSTA DE.. _Todo ese engarce con los Otros de que hablo, ese vínculo moral que se abre que veo y escucho, aun contra aquellos como los llama Lledó “Profetas de la alienación”, que nublan nuestros ojos y ensordecen nuestros oídos; mi yo, se ENCUENTRA, tienden (philo) con otros yoes en la polis-ciudad, que responden al llamado, me determina, me hace, y en esa determinación que elijo, funda quien quiero SER y con quien quiero estar, con-vivir. Esa proairexis, esa elección, del estar-vivir con quienes deseo fuera del ámbito “normal” de con quienes lo hacía; puede llevarme a un EMFRENTAMIENTO SUBVERSIVO con los estándares, estereotipos del que el imaginario social se estructura, al que pertenecía y del cual me alejo y/o denuncio, increpo o me enfrento por determinada/s actitudes no solo hacia mi, sino a quienes me rodean, no como medida urgente de huida, lo que realizo es una, podría llamarle, postura de choque ante las apariencias impuestas que me quieren “vender”. En este mundo de phainomenos, de apariencias, de sobras como diría el viejo Platón de esa caverna; en que nos movemos con las diferentes per-sonas, per sonnare(*) máscaras en la que salimos a escena; en este espectáculo de la vida, en donde sobre el escenario nos presentamos con un “rostro” y detrás de bambalinas mostramos quien verdaderamente somos, encontramos un dimorfismo. Esa dualidad puede, y lleva, al pasmo, la confusión y el asombro; en donde hay casos mundanos, en que se aparenta estar en compañía de un rebaño de ovejas, cuando en realidad puede uno estar rodeado por una manada de lobos, o puede suceder a la inversa. En palabras de Adolf Portman:-
“El PROBLEMA de una investigación no es saber que es algo, sino como APARECE”.-
(*) Etimológicamente el término Persona proviene del romano PER SONNARE, quería decir MASCARA, ya que por el orificio de ese “rostro artificial” salían los sonidos de ese personaje, no de quien estaba detrás, o sea, salían, sonaba-sonnare por allí.-

Esto no debe llevar a un estar inseguros, temerosos, desesperados o en desconfianza de todos y con todo lo que puede esconder lo que se nos presenta en este mundo fenoménico. Lo que debe surgir es el promover en la ciudadanía y más en los niños, en los país (de allí paideia), un “entrenamiento” mental, para estar atentos y preparados en el transcurso de su formación como ciudadanos de una polis. Este entrenamiento, esta preparación solo puede hacerse efectiva a través de la paideia (educación), no cualquier educación que puede llevar a formar-formas, cuadriculaciones mentales; sino una paideia que fluya, en la que NO impere el autoengaño ideológico sino la libertad-formativa (aunque parezca contradictoria) para que se desarrolle toda capacidad interna o a nacer y que lleve a crear puentes, a abrir puertas y no a levantar muros, limitaciones. Porque no debemos olvidarnos de aquellas palabras de Aristóteles en La Política, y que nos diferencia de aquellas ovejas y lobos metafóricos; él dice que somos un “animal que tiene logos – zoon logon ejon (razón y palabra), y además animales políticos, gracias a ese logos, pero no solo tiene – (ejon) logos; sino que da logos, logon didonai, y ese dar se plasma se concreta con la paideia. Porque no hay que olvidar que los griegos no solo inventaron la democracia, la política, la filosofía, sino más bien que el único instrumento que la hace viable y factible es la educación.-

Creo que se debe comenzar gracias a esa paideia, que hace pensar y no que es pensada, a un comenzar con el debate, la deliberación coherente y actualizada, un replanteo de ese núcleo duro en el que están constituidas varias instituciones, que son anacrónicas de nuestra actual sociedad, que se han cuadriculado no solo en la semántica cotidiana sino una dogmática mundana. La familia, el estado, la religión, la democracia, etc.; términos adornados de miles y miles de palabras….que en la mayoría de los casos no nos dicen nada. Son totalmente vacías, se usan en la cotidianeidad de la información y el mensaje, y se dice de la familia o de la democracia tales o cuales cosas, que se repiten y se aferran en las mentes sin contener un sustrato de peso de fundamentación coherente y racional y uno se queda atado a una ideología-familia-comunidad que en muchos casos va en contra, o reprime todo acto de comunión, solidaridad y estabilidad sostenible de esas instituciones que en que se dice estar, defender o reforzar, y se hace todo lo contrario; así el individuo se siente no a gusto o en total rechazo con quienes puede ser que ha con-vivido mucho tiempo y atreviéndose con coraje y fundamentos morales, no solo sale de ese ámbito sino que además lo denuncia, las hace públicas.-
Victoria Camps resumiendo la filosofía de Hannah Arent nos dice:-
“A través de la moralidad el hombre/mujer se ELIGE a si mismo que quiere SER y con quienes quiere ESTAR. Esto lo Hace aprendiendo (paideia) a pensar y juzgar por sí mismo”.-

La importancia de ese pensar, de ese juzgar por sí mismo, hay que decirlo, nace, brota de una lucha interna en donde la mismidad, en ese yo que elige, se quiebra, se parte, como aquellos Seres que Aristófanes describe en el Banquete –Platón, una dualidad de la que no podemos “escapar”. Dentro de la mente, el yo se divide a su vez en dos yoes (dos-en-uno), llámenlo “toma de conciencia” (sophrosyne), o como quieran; en donde hay un diálogo silencioso (eme emauto) de yo consigo mismo, porque como decía, si estamos en un mundo de apariencias (phainomenos) y en esa multiplicidad de alteridades (otros) que “nos dicen” que son las cosas-palabras desde su experiencia, desde su vida-memoria, desde su yo; al recibir lo que nos llega sin mediar una interpretación, una duda, una “búsqueda de verdad (a-létheia: no oscuro)”, un pensar, estaré bajo lo que se dice y hay que decir, lo que se habla y hay que hablar, o sea en un estado de alienación. La actividad del pensar y del juzgar por sí mismo, si quiere seguir vivo, en actividad, en enérgeia, cada uno debemos aprender a ser quienes nos preguntamos y a la vez quienes respondemos (en lo más posible), hay que asumir la responsabilidad, el cargo de Ser, y en ese “hacerse cargo” se están o tiende a un “riesgo” ontológico que algunos no quieren asumir. Rendidos a que otros piensen y juzguen por ellos, suprimiendo o desgastando todo acto de reflexión crítica (constructiva), que es el cimiento para la construcción de una moral-política y justicia (díke)que permite vivir en una mejor com-unión y com-unidad.-

Hay unas palabras que siempre me llamaron la atención, o mejor dicho, me ayudaron a pensar hondamente en el tema desde la perspectiva moral en que circulan y que pueden complementarse con lo anteriormente expuesto; en las cuales Sócrates en un diálogo dice a Calicles:-
“Es mejor sufrir una injusticia que cometerla”

Esta afirmación desde mi humilde interpretación de lo que Sócrates nos quiere decir es que aunque la mayoría de las personas no quieran sufrir por algo que nos hacen, o sea una injusticia, y a sabiendas que ese sufrirlo es injusto, vuelvo a “la mayoría” no querrá cometerlo, hablando siempre en un entorno civilizado por supuesto. Pero en la afirmación vemos como Sócrates se pone en la piel y cree firmemente, tan firmemente que su vida, más bien su muerte lo reflejará, sabemos por escritos que en un momento dado los treinta tiranos que reinaban en Atenas ordenaron a Sócrates que encuentre a un tal Leonte y lo traiga frente a ellos para matarlo, pero Sócrates a pesar de saber “lo que se le vendría”, se negó, no la cometió.-

Allí optó, eligió no ser cómplice y difunde esa máxima moral de sufrir la injusticia antes que cometerla porque, creo, en ese diálogo silencioso entre sus yoes, sabe que al elegir por ejemplo, cometer el crimen, que es una injusticia, su conciencia no podría vivir con sí mismo, porque nadie, vuelvo, en una sociedad civilizada quiere vivir con/entre criminales, y más aún vivir con un criminal, un yo-criminal, dentro de la conciencia…no es muy sano. Vemos como a través de la moralidad elegimos un SER, y con quien con-vivir, no solo en el en-torno, sino también y más importante en lo interno que es lo que nos llevará a un “sano” pensamiento y a un “sanador” juicio a pesar de todas las contrariedades de la vida.-

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