SIRENITA EMPETROLADA


Cuenta la historia que al cumplir la mayoría de edad, a la tierna y hermosa sirenita se le permitió subir a la superficie del mar para conocer un nuevo mundo inexplorado para ella. Su niñez la vivió en lo más profundo del océano en compañía de los suyos y de la naturaleza acuática que la cobijaba en mutuo respeto y tolerancia, siendo parte intima de este sistema vital.


Había llegado el día y la sirenita con aleteos fuertes y constantes dirigió su mirada hacia aquella luz que a cada instante se acercaba más y más, era hermosa, brillante y deslumbraba de belleza.

Cuando al fin llego a la superficie, quedo maravillada por lo este nuevo mundo, las formas, y colores, la briza, novedosos para sus ojos y su piel, “encantaron” profundamente su alma y su corazón, salvando al príncipe, al hombre, de morir ahogado….


Hoy día puede verse, rememorando aquel cuento de hadas y a su autor, el danés Hans Christian Andersen; a la Sirenita materializada en una figura de bronce, ubicada en la bahía del puerto de Copenhague, la cual es ya un símbolo de la ciudad.


En esta misma ciudad hace unas semanas atrás, tuvo lugar allí uno de los acontecimientos que prometía lograr un cambio, o mejor dicho un compromiso documentado y firmado jurídicamente vinculante entre las naciones del mundo. La atención estaba centrada principalmente en dos, China y EE.UU, que son las dos las naciones más contaminantes del planeta y de la cual dependía el éxito o no de este acuerdo internacional para salvar al planeta.


Allí, el Copenhague durante días estuvo centrada la atención y la ESPERANZA del mundo en lograr reafirmar y hacer más extensible el protocolo de Kyoto, ya que no solo se comprometían legalmente 37 países, como sucedió en 1997, cuando fue firmado en Japón, sino que además de el compromiso abarcaría a muchos más países intervinientes, incluía a EE.UU y a otros países emergentes como China, India y Brasil logrando así hacer posible una real concientización del significado y las consecuencias que trae aparejado la reducción en las emisiones de CO2 al ambiente para con la salud del planeta , por parte de los grandes emisores de esta mugre que nos está asfixiando lentamente.


Aunque se vio una gran disposición del poder político del mundo, de muchos países; todo quedo solo en las fotos, los saludos y los abrazos. La “burocracia fronteriza”, unida a las tartamudeantes voces que dicen ser democracias; reflejan lo subordinado y lacayo de estos, ante el real poder invisible de las corporaciones mundiales, que priman sus resultados financieros por sobre toda humanidad y vida en este mundo, y usan como títeres a los mandatarios y como escenario al mundo, del teatro trágico de la historia humana.


Los científicos del mundo agotaron todos sus estudios, conocimientos, estadísticas y proyecciones para que la política mundial tenga la información de lo que paso, lo que está pasando y lo que nos espera sino cambiamos de rumbo. Al escucharlos, las cabezas de los mandatarios afirmaban continuamente sus equívocos y perezas; pero al momento de la firma sus cabezas giraron hacia otro lado, subieron a sus aviones y se sentaron en sus sillones a que el tiempo pase y los “herederos forzosos de sus errores” reciban la mugre que les dejaron.


La cumbre de Copenhague quedara marcada en la historia como una mancha negra, empetrolada, sucia, contaminante; como la frustración y el fracaso del sentir de una raza, de millones de vidas que hasta sin saberlo podían aspirar a tener un mejor y digno futuro, o más bien a poder vivir sin agua hasta el cuello, con buena alimentación, atención medica y un hogar; muy poco para muchos, pero realmente grandísimo para todos aquellos que están dentro de estas estadísticas in-humanamente desesperantes y aberrantes:


Más de 1.000 millones de personas viven actualmente en la pobreza extrema (menos de un dólar al día). El 70% son mujeres.
Más de 1.800 millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable.
1.000 millones carecen de vivienda estimable.
840 millones de personas mal nutridas.
200 millones son niños menores de cinco años.
2.000 millones de personas padecen anemia por falta de hierro
880 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud.
2.000 millones de personas carecen de acceso a medicamentos esenciales


Porque como en las guerras, en las catástrofes climáticas son los pobres lo que más sufre, la precariedad de su condición unida al OLVIDO desde el poder, los hace totalmente vulnerables ante algún cambio significativo del clima a niveles globales y con consecuencias devastadoras para la supervivencia y la vida de los necesitados, los cuales viven mayormente al zonas inundables o al nivel del mar por ejemplo en ciudades superpobladas de India, Bangladesh, Pakistan, Vietnam, etc.


634 millones de personas viven en áreas litorales a menos de 9 metros del nivel del mar.
Dos terceras partes de las ciudades del mundo con más de 5 millones de habitantes se encuentra dentro de áreas litorales bajas.


No hay que dejar de lado otras causas de calentamiento global, como la pérdida de cosechas, el aumento enfermedades tropicales, pérdida total de reservas de agua dulce, en polos y glaciares, quiebre total en ecosistemas, llevando todo a una falta de alimentos, agua dulce, inmigraciones masivas……..una verdadera catástrofe apocalíptica.


¿El final es inevitable, o el cambio será posible –Deberemos aprender del espíritu, de la inocente Sirenita que por amor para con el hombre, CEDIÓ, más de una vez, hasta entregó su eternidad, todo para que el humano no sufra, viva, sea feliz y siga amando?
Yo pido y ruego, porque sea posible, que cada persona del mundo, que tenga la posibilidad, puede ceder un poco, para vivir más y mejor, TODOS. Pero antes debemos lograr, y presionar con todas nuestra fuerzas y posibilidades, que los gobiernos del mundo también cedan y se comprometan a regular y reducir en primacía las emisiones de CO2 para que de este modo apoyado por el decrecimiento que las clases medias o altas realicen de su excesivo consumo, contribuyan a lograr ese gran objetivo, ese viraje que algunos dicen utópico, y que si dejamos pasar el tiempo, será tarde para realizarlo.

El cuento finaliza que el príncipe se enamora de otra persona, así como el poder se enamora del poder, sin querer perderlo todo, amando también a la pobre sirenita, que ve que no puede nunca igualarse a lo humano y se deja llevar por la mística de la eternidad para nunca ser olvidada.

Pero, el humano y el poder olvidan, y olvidan rápidamente, miles y miles de posibilidades, de encantamientos, conocidas o no, los bombardean a diario y los enceguecen en un frenesí de luces, palabras, de letreros, anuncios, dinero y poder, perdiéndose en ese mar profundo de deseos, nunca totalmente alcanzados. Y aunque se sumerge hacia el abismo, tratando de conseguirlo todo, el aire se le acaba, se ahogara y ninguna sirenita esta vez lo salvara.

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