PASIONES REVOLUCIONARIAS (Parte 1)

Hace un mes en el artículo Eros, Tánatos; Irrupción, Interrupción; traté de plasmar las vicisitudes que las almas sensibles son proclives a sortear cuando son eyectadas a un mundo dado, en donde las fuerzas del nacimiento y la muerte se entrelazan en las conciencias de los mortales para hacer de éstas, condicionantes que disponen al cómo, cuándo y dónde actuar o no, en el escenario de la vida.-

De esa esperanza que da el nacimiento, la novedad, lo que no era; la sorpresa que se presenta por primera vez y que puede traer una esperanza de cambio que irrumpe en lo establecido para coexistir en la escena con su contraria, la pulsión de muerte, el Tánatos que en cualquier momento, de imprevisto interrumpirá , o no, esa esperanza.-

Y lo importante, lo que hay que tener presente es que el nacimiento, la novedad, al contrario de la muerte que es siempre fin, nada; el nacimiento siempre trae consigo algo que añade al mundo algo diferente….y pasando de lo individual a lo social, las revoluciones son nuevos inicios que traen consigo ese optimismo de la novedad.-

Este nacimiento se hizo sentir, con gran impacto y sorpresa, allá por 1789, para el pueblo, la gestación, de una nueva sociedad se hacía ver en las calles de París y en casi todo Francia.; porque para la monarquía el eterno tánatos se hizo presente enterrando bajo tierra la monarquía, junto a Luis XVI… y su cabeza.-

Dos grandes de los más grandes pensadores contemporáneos a este suceso, quedaron fascinados y estupefactos con la fuerza que el pensamiento “iluminada” con las luces de la razón (Kant) se hicieron acción, y acción en pos de libertad pública, elevando a la voluntad hecha actitud (revolución), relegar la razón como la facultad del espíritu más elevada. Hegel, atónito declaraba en referencia al valor de la fuerza-acción apoyada en el pensamiento para cambiarlo todo:-
“Desde que el sol está en el firmamento y los planetas giran en torno a él, no se había visto que el hombre se apoyase en su cabeza, esto es, sobre el PENSAMIENTO.” e incitaba que: “El hecho de hacer PÚBLICAS las ideas acerca de cómo algo debería ser (provocará) la desaparición del letargo del pueblo sosegado y presuntuoso, que siempre lo acepta todo tal como es”.-

En las palabras de estos pensadores se vislumbraba el surgimiento del espíritu humano, de la humanidad, que luego de pasar casi diez siglos de sumirse y someterse al dogma cristiano establecido por “designio divino” en todos los ámbitos de la sociedad, en donde el hombre, y peor aún la mujer, no tenían valor y justificación de Ser en la tierra. Solo la aristocracia déspota de la realeza, los tiranos, ostentaba la gracia del Señor para gobernarlos a todos sus siervos.-

Todo esto con la toma de la bastilla, se desplomó; o mejor dicho “tenía los días contados”; desde 1637, o sea 152 años antes de la revolución Francesa, Descarte, cuando publicó el DISCURSO DEL MÉTODO, y sacar al Dios de la centralidad y en su lugar poner al Hombre/Mujer; allí en ese momento….se firmaba la caída de LUIS XVI.-
Pasada la revolución, la IRRUPCIÓN del pueblo en pos de conformar un nuevo orden; aparece en escena no desde lo exterior sino en las conciencias de los actores; las fuerzas acechantes de Tánatos. El clamor, la incertidumbre a flor de piel, junto a la inestabilidad de las revueltas espesa los aires con un color inquietante.-

Ante el temor de la contingencia, el pueblo puede lograr la institucionalización de la libertad con el apoyo de la política como herramienta organizativa o puede caer en manos de los “descorazonados” burgueses-profesionales queriendo edificar las BASES de una sociedad con las pasiones de alma.-

Pues cuando los estados de ánimo, lo privado, invade el espacio público y las instituciones se someten como por “designio divino” a los sentimientos subjetivos del grupo, más que a los fines objetivos de/para todos, las BASES con el tiempo comienzan a desquebrajarse y a ceder.-

En el acto (en sí) del movimiento revolucionario, en donde las voluntades se hacen una-acción y la subversión comienza a salir de sus escondites para hacerse ver y demostrar que el contra-poder aún reprimiéndolo y negándolo por todos los “medios” siempre está; allí en esos momentos es indudable e inevitable que la pasión, el sentir florezcan, los seis sentidos materializan, si los seis, los discursos, lo que se ve, lo que se siente, el olor al sudor de la multitud, el gusto a sangre en la boca, y el sexto, el mayor de los sentidos y el que los aúna a los otros cinco, éste es el Sensus Communis, el sentir EN comunidad.-

El sentir, esta pasión debe conservarse así: EN/POR LA COMUNIDAD, la razón, el debate, la pluralidad de voces, que lleven a-pasionarse por esa comunidad, y cuando uno se siente con ganas o fuerzas para amar a la comunidad, no por algo o alguien, sino por un todo, solo el medio es el actuar, y cuando se quiere actuar sobre la Verdad objetiva, los corazones quedan en casa. Con lo expuesto no quiero decir que hay que eliminar a las pasiones del Ser; que es algo imposible y no debe suceder; sino que en ámbito de lo público, de las políticas públicas, las pasiones oscurecen los espacios, esos espacios que hay entre los hombres/mujeres y que determinan el límite y el punto de unión entre éstos/as.-

El ejemplo pudo verse en la Francia pos-revolución entre Asambleas y Comités con El reinado del Terror, en manos de Robespierre a la cabeza y pos de cortar cabezas desató sobre todos, enemigos, y amigos, contrincantes y aliados la fuerza del tánatos que los llevó “a desconfiar de uno mismo” y terminó con el Golpe de Estado de Napoleón en 1799. Ese mismo Napoleón que tuvo años después su ocaso en las tierras frías de la Rusia Zarista, y ese mismo régimen Zarista tuvo su final en manos de la revolución bolchevique de 1971 con Lenin y Trotsky a la cabeza, para pasar luego a las manos de uno de los gobiernos totalitarios que oscurecieron el siglo XX en manos de Stalin con el asesinato y la hambruna de millones de “hermanos” rusos.-

Cuando David Hume sentenció en aquella reconocida frase que “la razón es, y solo debe ser esclava de las pasiones”; me viene a la mente el inconsciente freudiano atado a los instintos primarios que todos llevamos dentro y de la que en momentos nos “esclaviza”.-

Entonces me pregunto y les pregunto ¿Dejaríamos librado a que las pasiones de uno o un grupo, que por definición son cuasi-irracionales e incontrolables, que en definitiva son privadas, quieran gobernar; a todo un pueblo-nación, una pluralidad de pensamientos, posturas, ideas….. de OTRAS pasiones?

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