LA COSMO POLITÍCA DEL COSMOPOLITISMO NATURALISTA

El filósofo Diogenes de Sínope pregonaba en la antigua Grecia que él era un Kosmos-polités, un cosmopolita, o ciudadano del mundo, afirmaba que no era habitante de una ciudad en particular sino más bien del mundo. Muchos siglos después Kant, vuelve con la idea de una sociedad de naciones, en pos de una “paz perpetua” y un futuro moral para la humanidad, no en un poder o estado mundial impuesto, sino en la interrelación pacífica y libre entre naciones para la coexistencia equilibrada y ecuánime en UN mundo con diferentes razas, naciones, etnias y religiones.-

El cosmopolitismo busca más bien una cooperación global conjunta que delibere con la pluralidad de voces un “acuerdo” o principio que establezca que la justicia social no solo quede en los discursos locales, sino que sea un elemento primordial para cada Ser humano de este planeta y que como ciudadano mundial, tenga la protección transnacional cuando sus derechos humanos sean violados en cualquier parte del planeta. Para que este acuerdo prospere y se lleve a cabo debe tener la protección y la participación de quienes están involucrados, cada ciudadano con posibilidad de actuar y de hacer valer esos derechos, por los que no los pueden.-

No debemos confundir en asimilar la idea del cosmopolitismo con globalización tan en boga hoy día esta última; más arraigada a lo económico y que hasta el momento ha traído más decepciones que triunfos. Si bien es muy difícil hoy imaginar un acuerdo, pacto de armonía en cohesión de por ejemplo Judíos y Palestinos, Iraníes o Norcoreanos con norteamericanos, los hutus con los tutsis en Ruanda; también por ejemplo en unificar a un mismo nivel-general a un rico de Manhattan con un mendigo en Bangladesh, o a un habitante de Nueva Guinea con uno de Alemania. Las desigualdades en todos estos casos cuando pretendemos pensar o imaginar una acción-política-global mancomunada tienen bastantes piedras, y a veces muros en el camino para concretarse.-

El relato histórico puede dar prueba de estas desigualdades con los momentos más trágicos y desgarradores de la humanidad, y si se quiere llegar más allá, para comprender con mayor veracidad o racionalidad científica el ¿Por qué cada grupo, cada nación, etnia puede llegar a ser tan discriminador, ofensivo, intolerante, cruel con Otro grupo, nación o etnia de la que no es parte? podemos pedir a la ciencia, más bien a las neuro-ciencias y dentro de éstas a la neuro-ética a que nos dé una posible explicación de estas conductas.-

Para no ser tan extenso, ya que es un tema fascinante y llevaría un artículo completo para hablar del mismo; las neuro-ciencias a través de los estudios de las interconexiones cerebrales por neuro imágenes determinan cual “región” cerebral se activa según una acción o al hacernos juicio moral. En líneas generales se determinó, hablando de los cercanos y de los lejanos, o sea de los Otros y de los nuestros, que cuando alguien debe decidir por ejemplo si se plantea a quiénes ayudaría como obligación moral, si a los cercanos o a los lejanos sobre un determinado tema, cuando realizo el juicio en mi mente, las aéreas que más se activan en el cerebro son las de las emociones mucho más que las aéreas de la planificación-razonamiento-cálculo, o sea que cuando planteamos dilemas morales que ataña a los cercanos, los sentimientos-emociones-pasiones juegan un papel preponderante ante la razón (estos estudios vienen bien para complementarlos con los artículos Pasiones revolucionarias I y II).-

Se determino por estudios antropo-etnológicos que en la evolución de nuestros cerebros en las antiguas épocas de los cazadores-recolectores, por la necesidad indispensable del grupo (no más de 130 personas) para la supervivencia quedó “fijado-impreso” en nuestros cerebros emotivamente la predisposición de apoyo, protección para con los nuestros, los cercanos, los del clan, la etnia, la tribu, la nación en contraposición a aquellos de los que no necesitamos para sobrevivir.-

Encontrado en parte el origen de esa no-disposición para con los otros-lejanos, y a sabiendas que hay una inclinación, podríamos decir genética, a actuar de esta forma, nos daremos cuenta que es algo, al reconocerlo e identificarlos, que podemos cambiar o con el tiempo pre-fijar con una nueva ética universal en la actual “tribu” de más de 6.500.000.000 de personas y dentro de un ecosistema en constante desequilibrio y amenaza, de que día a día, catástrofe a catástrofe, crisis en crisis, acontecimiento en acontecimiento, vemos que sin una colaboración mutua (reciprocidad) de los cercanos pero mayor en algunos casos de los lejanos, el porvenir se torna gris; hoy fue Japón, ayer Haití, y mañana puede ser cualquier país del mundo.-

Debemos aumentar esta Capacidad de reciprocar-cooperar o fomentar que se desarrolle no solo de humano a humano sino con el entorno. La cosmo-política no se queda solo en el ámbito del hombre/mujer y sus relaciones y disputas dentro del entono social; la nueva forma de hacer política por supuesto debe con-centrase en estos asuntos-humanos, pero más hoy día, no podemos pensar estos “asuntos” si no los complementamos con la fuerza exógena que el medio natural-global obra sobre cada uno de nosotros.-

Cuando en el artículo Altruismo en estado puro buscaba referirme al hecho de hacer como un acto político, fuera de lo político, o sea en la cotidianeidad de nuestras acciones que repercutirían en los otros y en las generaciones futuras, allí se ve parte del germen que hace a la cosmo-política una nueva forma de hacer política dentro de cada ciudadano y lejos de, a veces, dogmatismo partidario, elite partidarios o solo ámbitos partidarios, que llevan a no Ser-representar a quienes tienen que representar, al pueblo.-

Porque pongamos en claro ésto y seamos lo más realista que podamos, nuestra sociedad y la sociedad global, el ciudadano global el cosmopolita en general por la aceleración-vital y el consumismo-del-anhelo lleva a que el animal-laborans no tenga tiempo para hacer-actuar en política, la mayoría lo hace cada tanto cuando emite su voto para elegir a sus representantes (si tiene la suerte de estar bajo una democracia) o lo hace a través de encuestas, participaciones virtuales-accionaria. Hay muchos que quieren participar y el sistema en que están subsumidos (ALCARACIÓN: estar subsumidos a un sistema, no es estar atados, encarcelados o “pegado” por obligación-derecho, pero cuidado en atribuir todas las causas al sistema para desligarme de mis propias decisiones-responsabilidades) y que no les permite ser directamente participes.-

Pero a no confundir y pensar que acogiéndonos a un cosmopolitismo altruista de reciprocidad mutua EN ESTADO PURO, podremos agilizar nuestros “horarios-políticos” y ser todo lo que queremos, políticos, empleados sin resignar nada a cambio. No, no se trata tanto de resignar sino de re-estructurar, o cambiar puede ser el termino común nuestra FORMA de vida.-

Aunque se tilde de anticuada, no acorde a nuestro tiempo y me tilden a mí, de republicano (que no sé si soy o no soy – y no viene al caso porque ante todo soy ciudadano y ese es el lugar desde donde hablo) sigo… rememoraré y repetiré palabras de Arentd que vienen muy bien a lo que estaba diciendo “Nadie puede Ser feliz sin la Felicidad pública, nadie puede Ser libre sin la experiencia de la Libertad pública; y nadie finalmente puede Ser Feliz y Libre sin implicarse y formar parte del poder público”, o sea en el pode político que todos tenemos y mostramos al mundo, a ese mundo común que nos reúne a todos los seres humanos y no-humanos y del cual debemos responsabilizarnos, amarlo; y esa es una facultad que no viene impresa genéticamente sino que debe enseñarse-capacitarse de ciudadano a ciudadano, de generación en generación pero principalmente desde las instituciones públicas y de quienes las dirigen o dicen ser su representantes.

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